A mi entender la creación no puede ser considerada un fenómeno continuo como algunas funciones del cuerpo. No se segrega, no se aspira, no se espira creatividad.
Pero quien diga yo estoy creando en forma permanente por imperiosa necesidad interior, o engaña o ha llegado a una profesionalización tan alarmante que lo transforma en un esclavo de sus automatismos, o de su ansiedad de poder. O es un Balzac, y entonces las cosas cambian.
Narrar es en primera instancia acopiar materiales, sensaciones, situaciones, en un acto a veces involuntario de almacenamiento. Luego adviene una arquitectura que puede resultar estable o venirse abajo según la buena o mala disposición de los elementos. Y en último extremo se trata de formular una invitación a estar juntos con el lector, lo que depende de un soplo vital sin el que aquella forma pura sería sólo eso, forma, aunque con minúscula.
A. S.