1 cuota de $24.500 sin interés | CFT: 0,00% | TEA: 0,00% | Total $24.500 |
3 cuotas de $8.166,67 sin interés | CFT: 0,00% | TEA: 0,00% | Total $24.500 |
2 cuotas de $12.250 sin interés | CFT: 0,00% | TEA: 0,00% | Total $24.500 |
6 cuotas de $5.555,78 | Total $33.334,70 |
6 cuotas de $5.749,33 | Total $34.496 |
6 cuotas de $5.790,58 | Total $34.743,45 |
“Hacia el final de esta apasionante, importante novela, que es por momentos elocuente, cruda, desesperante y desconsoladamente esperanzadora, Fanon ha llegado a ser más que un revolucionario.”
New York Times Book Review
Filósofo, psiquiatra y militante político, Frantz Fanon fue un crítico agudo y feroz del racismo y la opresión. Nacido en Martinica en 1925, de ascendencia africana, Fanon combatió en defensa de Francia durante la Segunda Guerra Mundial pero luego contra Francia en la guerra de la independencia de Argelia. Su último libro, Los condenados de la tierra, publicado en 1961, inspiró a los dirigentes de diversos movimientos de liberación: Steve Biko en Sudáfrica, el Che Guevara en América Latina, los Panteras Negras en los Estados Unidos.
La novela de John Edgar Wideman está disfrazada como el proyecto de un novelista afroamericano contemporáneo, Thomas, que emprende la escritura de una vida de Fanon. El resultado es una electrizante mezcla de perspectivas, en viaje de Manhattan a París a Argelia a Pittsburgh. En parte novela policial, en parte guión cinematográfico, en parte historia de amor, Fanon hace que se conozcan en persona el director Jean-Luc Godard y la achacosa señora Wideman en Homewood; y persigue el sentido del legado de Fanon a través de nuestro violento mundo pos-11-S, que parece resuelto a perpetuar los males que Fanon buscaba rectificar.
“Wideman está en la cima de su forma... La brillantez de su lenguaje, su potencia narrativa y la pura bravuconada e imprevisibilidad de sus riffs ejercen encantos considerables.”
Washington Post
“Feroz, escurridiza y estimulante. Es una extensa improvisación en prosa que difumina la frontera entre ficción e historia.”
Slate